El sistema nervioso simpático y parasimpático son dos divisiones complementarias del sistema nervioso autónomo, encargado de regular funciones involuntarias del cuerpo, como la frecuencia cardíaca, la digestión y la respuesta al estrés.
Antes de pasar al cuadro comparativo del Sistema Nervioso Simpático y Parasimpático, repasemos sus características.
Características del Sistema Nervioso Simpático y Parasimpático
El sistema nervioso simpático se activa en situaciones de emergencia o estrés, preparando al cuerpo para la acción inmediata. Este sistema aumenta la frecuencia cardíaca, dilata las pupilas, y moviliza la energía almacenada para una respuesta rápida, conocida como «lucha o huida».
La liberación de neurotransmisores como la adrenalina desencadena estos cambios, permitiendo una respuesta adaptativa frente a amenazas.
En contraste, el sistema nervioso parasimpático actúa en situaciones de relajación y descanso. Su función principal es restaurar el equilibrio fisiológico después de situaciones estresantes.
Este sistema disminuye la frecuencia cardíaca, contrae las pupilas y facilita la digestión. Su acción contrarresta los efectos del sistema simpático, promoviendo un estado de calma y reposo.
Ambos sistemas trabajan en conjunto para mantener la homeostasis del organismo. En situaciones normales, existe un equilibrio dinámico entre ambos, permitiendo una adaptación eficiente a las demandas del entorno. Este equilibrio es esencial para la salud y el bienestar general del individuo.
La activación del sistema simpático y parasimpático es regulada por el hipotálamo, una región del cerebro que detecta cambios en el entorno y coordina respuestas adecuadas. Además, la médula adrenal libera hormonas como la adrenalina en respuesta a la activación simpática, intensificando la preparación del cuerpo para la acción.